«PERSONAS QUEJÁNDOSE DE ESTAR SOLAS, Y TANTOS ANIMALES BUSCANDO COMPAÑÍA»
Hay un tipo de abandono animal que duele especialmente: el de aquellos perros o gatos que han compartido con nosotros toda su vida y, cuando llega la vejez, los achaques y los gastos veterinarios, acaban con sus huesos (y con su vida en poco tiempo) en una perrera o en la calle.
¿Parece inconcebible, verdad? Pues sucede con demasiada frecuencia. En este blog he sacado infinidad de veces viejitos abandonados a su suerte. Imaginadlos, con sus muchos años, con su poca salud, acostumbrados a un tipo de vida familiar y a recibir atenciones y cuidados, en un chenil pasando frío.
Para mí es un abandono peor que el de los cachorros recién nacidos, también muy frecuente. Los cachorros aún no han tenido tiempo de formar parte de nuestra familia. Los cachorros tienen más oportunidades de ser adoptados. Los cachorros no tendrán la depresión que sufren al verse entre rejas la mayoría de los animales ancianos.
BOBY ahí arriba tenéis a Bob, un hermoso viejito dorado, como ejemplo de lo que expongo:
Cuando caminamos hacia la tercera edad somos mas susceptibles a los cambios, a las enfermedades, a los sentimientos, a la soledad, al clima, al sufrimiento, ellos los perros también, por que al igual que nosotros son seres vivos, ninguno de nosotros quisíeramos ser abandonados por nuestras familias en la vejez, dentro de una jaula sucia y fría a morir en soledad y de cualquier forma, pero esto fue lo que le paso a Bob, su familia cuando cumplió los 12 años, decidió regalarle un viaje a la perrera.
Una persona con buena voluntad lo ha sacado de la perrera y lo tiene en acogida, y ahora necesitamos urgentemente un hogar para él, para que no acabe muriendo en un albergue.
Los dos, tres o cuatro años que le queden de vida merece pasarlos en un buen hogar. Me cuentan que es un perro con buen carácter, sano en su madurez, juguetón y sociable. Está esterilizado y vacunado. Por favor, ayudad al menos difundiendo su caso..