INICIA EN ECUADOR LA TEMPORADA DE AVISTAMEINTO DE BALLENAS JOROBADAS

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Cada año entre los meses de Junio y Septiembre, llegan a la zona costera del Ecuador , ballenas jorobadas, se puede realizar el avistamiento desde: La Isla de la Plata, Puerto Cayo, Puerto López, Bahía de Caráquez y San Vicente, en la provincia de Manabí; Súa y Muisne, en la provincia de Esmeraldas; la Isla de Jambelí, en la provincia de El Oro; Playas de General Villamil y Posorja, en la provincia del Guayas; Salinas, Santa Elena y Montañita, en la Provincia de Santa Elena.
Miles de turistas nacionales y extranjeros viajan a las playas de Ecuador, otro singular grupo de visitantes también lo hace, pero desde las frías aguas del Pacífico sur, vienen hasta las costas de Ecuador para encontrar su alma gemela, una pareja para engendrar a sus crías, esta masiva horda migratoria viene nadando suavemente, pasando la Tierra del Fuego, Chile y las costas peruanas hasta llegar a Ecuador, donde a su llegada, entonan sus cantos y realizan sus danzas acuáticas para deleite de los muchos admiradores que vienen a observarles.
La quinta especie de cetáceos más grande del mundo que el promedio de vida de una ballena jorobada es de 70 a 80 años, abandona la fría antártica y recorre miles de kilómetros en busca de aguas más cálidas. El recorrido es largo, las ballenas jorobadas nadan por semanas y eventualmente llegan al Ecuador acogiendo este lugar como suyo, sus crías nacen en esta aguas cálidas donde la temperatura promedio es de 21 grados.
La temporada de avistamiento de ballenas jorobadas inicia con la primera acrobacia a sólo metros de distancia de los botes repletos de un púbico que asombrados observa y admira en silencio esta espectacular actuación. Mirándoles saltar sobre las olas a tan corta distancia del bote, sería fácil pensar que la pareja que ha venido a buscar está en la barca y no a su lado en el mar. Sin embargo, estos asombrosos animales, que están entre los más nobles, hermosos e impresionantes del planeta.
Escuchar por primera vez la canción de cortejo de los machos es inolvidable, que luchan por ganar la atención de la hembra y demuestran su fortaleza a través de piruetas repetitivas es casi como observar una danza donde un grupo de gigantes se elevan en el aire y caen nuevamente al mar.
Ser testigos de la relación entre una madre y su cría que nadan juntos y juguetean en el mar es realmente el mejor recuerdo para las personas que acuden a observar.

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